martes, 27 de septiembre de 2011

Diálogo 3.17

¿Podrías comentarnos por qué hay personas que tienen la habilidad de transmitir shakti? (Poder, energía espiritual. También, deidad esposa de Shiva).

En la película de la vida, shakti es una forma de energía a la que el buscador le atribuye una gran capacidad de transformación y purificación. En el guión de la obra, hay algunos personajes cuya función consiste en canalizar esa energía a través del tacto, de la mirada, etc.

La transmisión de shakti constituye una parte fascinante del guión, que produce cambios de estado de conciencia y percepción. Con frecuencia, causa una suspensión de la identificación con el personaje en conjunción con lo que podríamos denominar una experiencia trascendental y, quizás, con visiones, sonidos "internos" y movimientos corporales espontáneos.

Todo eso se atribuye al "Despertar" o a la actividad de la kundalini. En algunos personajes, la energía kundalini tiende a activarse de forma espontánea sin necesidad de ningún tipo de transmisión mientras que, en otros, su actividad se induce mediante la ingesta de ciertas plantas o drogas psicotrópicas como algunas setas, cactus, LSD, etc. Todo eso forma parte del pasatiempo que constituye la película de la vida.

Nathan Gill

lunes, 26 de septiembre de 2011

Diálogo 3.16

Cuando hablas de "búsqueda", ¿podría aplicarse a cualquier cosa? Por ejemplo, cuando sientes ansiedad y no quieres sentirte así.

Sí, la búsqueda adopta muchas formas distintas. En el contexto de estas reuniones, nos referimos a la búsqueda del "Despertar" o de lo que llaman "Iluminación", pero también se puede aplicar al hecho de intentar jugar el mejor partido de fútbol, de buscar un coche nuevo o, como tú dices, de superar una sensación de ansiedad. La Conciencia aparece con la forma de todos y cada uno de los personajes y, en cada uno de ellos, tiene un guión de búsqueda distinto.

En el caso del buscador que asiste a este tipo de charlas, se podría pensar que se trata de un tipo "especial" de búsqueda. Sin embargo, aunque constituya una forma final de búsqueda -porque, cuando nuestra verdadera naturaleza se revela, cualquier tipo de búsqueda queda desenmascarada-, en realidad no tiene nada de especial. El personaje con el que se produce la identificación en esta película anda buscando la Plenitud en cualquiera de las formas que ésta puede adoptar, y el paso de desenmascarar esa identificación, de percibir en qué consiste realmente, constituye el final del cuento de la separación y de la búsqueda.

Nathan Gill

domingo, 25 de septiembre de 2011

Diálogo 3.15

Supongo que algunas expresiones como "vivir en el caos" o "vivir pendiente de un hilo" te son familiares. Parece muy emocionante, ¿no? Vivir al filo de la navaja...

Sí, justamente. Es emocionante, ¿no te parece? Cuando inicias el camino de la búsqueda "espiritual"... ¡Al filo de la navaja! Si alguien te dijera: "Eso es muy corriente", tu reacción sería: "¡No me digas eso!". Sin embargo, como decíamos antes, desde el punto de vista del "filo de la navaja, lo que aquí llamamos "corriente" resulta extraordinario. Ese desahogo se revela cuando no hay búsqueda y, si se experimentara de forma inmediata -sin tener que pasar por el cuento de la descomposiciòn progresiva de la identificación con el personaje-, se viviría como lo más extraordinario del mundo.


Lo paradójico de la búsqueda es que buscamos lo que ya somos -esa Plenitud o Unidad de la que hablas- pero, en vez de buscarla con la forma de lo que tenemos delante, la buscamos en la forma de un Dios que es una inteligencia suprema escondida entre bambalinas.

Sí, pero no existe ninguna inteligencia entre bambalinas: esto es Dios. Esto es lo que tradicionalmente se llama Dios. Éste es el aspecto inmanente de Dios, de la Unidad, de la Conciencia, del presente: en forma de esta habitación llena de personajes. Ya está. A medida que desaparece la búsqueda de la Plenitud y el desahogo se revela, esa búsqueda de Dios -o de la Unidad o de la Iluminación- se convierte en algo ridículo porque todo es tal y como es: ya es perfecto de por sí.

Nathan Gill

lunes, 19 de septiembre de 2011

Diálogo 3.14

Sin embargo, a veces la identificación se mantiene viva con asuntos como, por ejemplo, la educación de mi hija: cómo intento controlarle la vida... Interiormente, sé que el individuo no existe y que nada tiene verdadera importancia pero, por otra parte, es como si yo decidiera regañar a mi hija cada tarde porque no hace los deberes del colegio. Al final, todo eso refuerza enormemente el "yo", el "ella", los deseos... y la idea de que existe un "yo" que puede hacer cualquier cosa.


Claro que sí. Si sólo fuera cuestión de tener pensamientos honestos, sería como si todo estuviera preconcebido, ¿no crees? Sin embargo, en la película de la vida, los pensamientos suelen surgir de la mano de los sentimientos y, a menos que (al igual que con los pensamientos) puedan contemplarse con objetividad, como elementos que forman parte del decorado de esta película, consiguen que el relato mental resulte convincente.


Efectivamente, y eso me ayuda mucho porque, en el caso de los pensamientos, se puede contemplar cómo llegan y se van pero, si tienen una carga emocional, resultan muy absorbentes.


Ésa es la naturaleza de esta película: al principio, se produce una identificación total con el personaje pero, después, se ve que es una película y se revela ese desahogo: todo es, sencillamente, tal y como es. Entonces, las discursiones con nuestras hijas por los deberes dejan de plantearnos un dilema y pasan a ser, sencillamente, algo que sucede en el momento presente.

Nathan Gill



domingo, 18 de septiembre de 2011

Diálogo 3.13

Entonces, cuando se desenmascara al "yo" , la búsqueda termina y hay paz.

Surge una sensación de desahogo, de facilidad. Se ve que esa falta de esfuerzo es, de hecho, lo único que ha existido desde siempre, pero estaba velada por la agitación de la búsqueda. Así, cuando disminuye la intensidad de enfoque sobre el juego de identificarse exclusivamente con el personaje, esa "facilidad" -que subyace a toda esa agitación- pasa a ocupar el primer plano y la agitación se disipa.  

Por tanto, ¿para ti no es algo cotidiano?

El único que se anticipa a ese desahogo y se lo imagina como algo extraordinario es uno mismo al identificarse con su personaje. ¡De hecho, hasta la búsqueda resulta más extraordinaria!

Entonces, lo extraordinario se convierte en cotidiano.

Sí, en el sentido de que resulta sencillo, natural y fácil: extraordinario, desde el punto de vista del buscador, pero natural y cotidiano cuando desaparece la búsqueda.

En cierto modo, ¿lo corriente se convierte en algo completamente satisfactorio?

Sí, no hace falta que nada sea extraordinario.


Nathan Gill