domingo, 26 de diciembre de 2010

Diálogo 1.7


Pero es que no tiene ningún sentido que la Plenitud se embelese y tenga que plantearse preguntas.

No es que tenga que plantearse preguntas. Nada de todo eso es necesario. No es más que la película de la vida que se representa de ese modo: es el pasatiempo cósmico.

En el relato mental existe la búsqueda de un significado y de una forma de escapar de todo eso. Sin embargo, cuando se ve que no es más que un cuento que surge en el presente y que su prolongación hacia el pasado y el futuro sólo existe en la mente, esa búsqueda de la verdad pierde su cariz de seriedad y no se produce más que la constatación del contenido actual de la consciencia. Eso es lo único que sucede en cualquier momento. Es una presencia ya existente, una Unidad ya existente.

Hay un embelesamiento, una identificación con el relato mental, pero el individuo que está embelesado no existe: el “yo” no es más que una apariencia, sólo forma parte de algo que sucede. Todo sucede de forma completamente espontánea, por impulso propio. “Tú” no haces nada. Este mensaje no es una instrucción para alcanzar la Unidad: es una descripción de la Unidad.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Diálogo 1.6


Por tanto, hoy, la configuración actual de la Unidad –que, en este momento, se manifiesta como el contenido de la consciencia- consiste en una habitación llena de personajes en busca de su auténtica naturaleza. La Unidad se manifiesta inmanentemente en forma de una habitación y de todos estos personajes; está embelesada por el relato mental de buscarse a sí misma y proyectando en el futuro el denominado “Despertar”. Sin embargo, ahora mismo, lo único que ya existe es un cien por cien de consciencia, es la Unidad que surge de forma inmanente bajo sus dos aspectos, de consciencia y de contenido de la consciencia, aparentemente embelesada por su propio relato mental.

Nathan, tengo una pregunta. Puede que parezca una tontería pero no entiendo por qué la Plenitud tiene que olvidarse de sí misma y empezar a buscarse a sí misma. ¿Qué sentido tiene?

No existe un porqué. Esa pregunta surge del embelesamiento que produce el relato mental.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Diálogo 1.5


La Conciencia aparece con la forma de todas las cosas y es inmanente a ellas. La Unidad ya es tu auténtica naturaleza. “Tú”, la Unidad, te estás viendo siempre a ti misma en todas esas formas, pero este hecho se pasa por alto a causa del embelesamiento que produce el relato mental. Cualquier tipo de búsqueda –no sólo la llamada “búsqueda espiritual” o búsqueda de la Unidad con la etiqueta de “no dualismo”, sino cualquier forma de búsqueda: la búsqueda de satisfacción material, de un buen lugar para vivir, de un trabajo satisfactorio…- es la búsqueda de la Unidad, de la Plenitud.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Diálogo 1.4


En este sentido, la analogía de una película proyectada sobre una pantalla resulta útil: la película es el contenido y la pantalla es la consciencia; juntas, son una sola unidad. Esta pantalla es multidimensional, es decir, la película aparece dentro de la pantalla. Todas las cosas aparecen sobre ese fondo de pantalla multidimensional con el fin de que, dentro de esta película, la Conciencia –Plenitud, Unidad- pueda percibirse a sí misma como todas las formas.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Diálogo 1.3


Cuando predomina la identificación con el personaje, se tiene la sensación de que se es distinto de todo lo demás, de los “otros” seres aparentes; la sensación de que uno se encuentra con una forma determinada. Al mismo tiempo, se intuye que nuestra verdadera naturaleza es la Unidad y esta disparidad se manifiesta, en la película de la vida, como un impulso para buscar la Unidad. Lo único que ya existe es Unidad o Plenitud pero, cuando uno se queda embelesado al centrarse exclusivamente en el contenido de la Unidad, se produce una búsqueda en esa Unidad. Eso es la representación teatral de la vida: la Unidad que se busca a sí misma.

Nathan Gill

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Diálogo 1.2


Puede ser útil imaginar que esos pensamientos son como globos que aparecen con mensajes escritos en la superficie, como en un cómic (o tebeo). Al pasar por alto el aspecto de consciencia de nuestra verdadera naturaleza, y al centrarnos en el contenido y quedarnos embelesados con él –o, dicho de otro modo, al identificarnos con el personaje-, los mensajes escritos en los globos de pensamientos parecen constituir un relato real. Así, aunque el contenido surja en la consciencia y en el presente, esa fascinación por el relato de los pensamientos parece “distraernos”, “sacarnos” del presente y extendernos hacia un pasado y un futuro imaginados, es decir, hacia la historia del personaje. De hecho, los recuerdos y la antelación –el pasado y el futuro- no son más que simples pensamientos que brotan en el momento presente.

Nathan Gill