domingo, 26 de diciembre de 2010

Diálogo 1.7


Pero es que no tiene ningún sentido que la Plenitud se embelese y tenga que plantearse preguntas.

No es que tenga que plantearse preguntas. Nada de todo eso es necesario. No es más que la película de la vida que se representa de ese modo: es el pasatiempo cósmico.

En el relato mental existe la búsqueda de un significado y de una forma de escapar de todo eso. Sin embargo, cuando se ve que no es más que un cuento que surge en el presente y que su prolongación hacia el pasado y el futuro sólo existe en la mente, esa búsqueda de la verdad pierde su cariz de seriedad y no se produce más que la constatación del contenido actual de la consciencia. Eso es lo único que sucede en cualquier momento. Es una presencia ya existente, una Unidad ya existente.

Hay un embelesamiento, una identificación con el relato mental, pero el individuo que está embelesado no existe: el “yo” no es más que una apariencia, sólo forma parte de algo que sucede. Todo sucede de forma completamente espontánea, por impulso propio. “Tú” no haces nada. Este mensaje no es una instrucción para alcanzar la Unidad: es una descripción de la Unidad.