viernes, 22 de abril de 2011

Diálogo 3.11


A veces pienso que, como la vida no es gran cosa, es mejor tirar para adelante, ponerme las pilas y hacer todo lo que esta tristeza de mente mía decida que tengo que hacer. Sin embargo, de ese modo, me pierdo toda la belleza que nos rodea.

Ése es el guión más frecuente de esta película de la vida: la Conciencia aparece en forma de un “individuo” que se pasa el tiempo intentando llegar a algún sitio.

Para poder acabar.

Claro, para poder acabar, para que al final se pueda descansar: al final, en lugar de durante, que es esto, el presente.

Y no da tregua, ¿verdad?

Desde el punto de vista de la identificación con el personaje, no da tregua. Ésa búsqueda del fin de los problemas no se acaba nunca porque siempre surgen nuevos problemas.


Nathan Gill

jueves, 21 de abril de 2011

Diálogo 3.10


Se suele decir que el silencio está en los intervalos; que Dios, o la presencia o como quieras llamarlo, está en los intervalos y que hay que escuchar el silencio que hay entre las palabras. En cierto modo, eso es lo que sucede. Cuando el silencio se oye más fuerte que las palabras, es como si te dejaras llevar y te quedaras en ese silencio. Es muy intenso.

Claro que sí, pero la Conciencia no está sólo en los intervalos. Conciencia es lo único que existe. Algunas veces, la película adopta la forma de una conversación intensa y, otras veces, hay espacios de silencio, hay intervalos.

¿Es imprescindible seguir escuchando cosas que nos recuerden nuestra verdadera naturaleza?

No.

Cuando ya se ha escuchado el mensaje unas cuantas veces, en teoría se puede…

Por supuesto pero, mientras sigas asistiendo a reuniones como ésta, se te seguirá recordando.

Hablas de “consciencia y contenido”. ¿Se trata de una fórmula breve que uno puede utilizar para recordarlo?


No, “tú” no puedes recordarte nada, pero puede que se te recuerde de ese modo si eso forma parte del guión de la película.


Nathan Gill

miércoles, 13 de abril de 2011

Diálogo 3.9


Lo que resulta realmente extraño es que a veces siento muy claramente que, simplemente, existo en un espacio sin pensamientos; sencillamente, “sé” que esto es Lo-Que-Es, que esto es el presente. Sin embargo, se mantiene una expectativa muy sutil de que tiene que haber algo más.

Sí, pero eso sigue siendo el fenómeno del embelesamiento aunque, como bien dices, sea algo sutil: la idea de que la Unidad se puede encontrar como parte del contenido de la consciencia o si uno se desliga de él. El recuerdo de nuestra verdadera naturaleza –o el surgimiento del “saber” innato- interrumpe inmediatamente la búsqueda dentro del contenido o neutraliza el motivo para escapar de él. Nuestra verdadera naturaleza es Unidad –no es ni exclusivamente contenido de consciencia ni exclusivamente consciencia- pero puede seguir produciéndose el juego de identificarse y dejarse de identificar con el personaje una y otra vez, por sutil que sea.
A menudo, se reconoce que nuestra verdadera naturaleza es Unidad pero el juego de la “espera”, que consiste en esperar a que se produzca el acontecimiento final, el evento final, se mantiene muy sutilmente. Cuando el “saber” innato se introduce en el guión, se revela un “desahogo”, esa “facilidad”. Es entonces cuando la búsqueda desaparece progresivamente y ese “esperar” tan sutil queda cada vez más socavado.

Por eso, da la sensación de que se trata de algo progresivo…

Por supuesto. La Conciencia mantiene en funcionamiento una infinita cantidad de posibilidades. Esa idea tradicional de que se limita al juego del “acontecimiento final” resulta algo anticuada. Como en el presente sólo existe lo que es, todo lo que suceda –incluida esa sensación de que se trata de algo progresivo- ya es eso de por sí.


Nathan Gill

lunes, 11 de abril de 2011

Diálogo 3.8


Pero, cuando se trata del presente, en realidad lo experimentamos, más que pensar en él…

El relato mental puede aparecer –o no- simultáneamente con otras imágenes, y puede haber pensamientos sobre esas imágenes, en lugar de sobre otras cosas que nos distraigan de ellas. Todos y cada uno de los pensamientos surgen en el presente, y muchos de ellos nos distraen del presente. Algunos de esos pensamientos sobre el presente constituye lo que se denomina “comprensión intelectual”, que es el reflejo del “saber” innato que surge en forma de pensamiento. Se nos recuerda nuestra verdadera naturaleza a base de pensamientos pero, como los pensamientos ( como parte del contenido de la consciencia) son fugaces –siempre aparecen y se van-, cuando surge un recordatorio –que denominamos “comprensión intelectual”- se puede volver a “olvidar”, es decir, ese recuerdo puede desaparecer; sin embargo, cuando se quita la máscara de los pensamientos, se percibe que ese “saber” innato es nuestra verdadera naturaleza, y ya no se necesitan pensamientos: el acto de comprender queda obsoleta.


Nathan Gill

jueves, 7 de abril de 2011

Diálogo 3.7


Entre otros personajes aparentes.

Sí, uno ya no se preocupa de plantear hipótesis, ni de si hay o no elección y todas esas cosas. En este “saber” innato, se vive una vida corriente. Por tanto, no es que se tenga que vivir necesariamente una dicha suprema aunque hay un “desahogo”, una “facilidad”. La búsqueda desaparece; desaparece la agitación que conlleva la búsqueda.

Entonces, ¿qué sentido tiene la vida?

La vida no tiene un sentido determinado: esta película de la vida es el pasatiempo cósmico. Esa pregunta surge desde el punto de vista del "yo", de la identificación con el personaje de la película. Al mantener la identificación con el personaje, también de mantiene una búsqueda constante de una razón de su existencia, de un sentido; parece que el sentido "supremo" de la vida es lo que suele denominarse el "Despertar": volver a despertar en la Unidad.
Pero la Unidad ya existe. Ese "estar despierto" ya existe plenamente y, cuando se deja de tomar en serio el relato mental, lo que hay en el presente es lo que es. No hay nada fuera del presente. Este personaje no tiene ni pasado ni futuro. Puede que el cuento se mantenga pero se deja de tomar en serio.

¿Es correcto decir entonces que los pensamientos siempre se refieren al pasado y al futuro?

También puede haber pensamientos sobre el presente.


Nathan Gill

miércoles, 6 de abril de 2011

Diálogo 3.6


Entonces, ¿no hay un proceso de elección?

En la película hay una elección aparente. Cuando alguien te pregunta: “¿Quieres un té?” y tú respondes: “Sí”… Si fuésemos capaces de desconectar un solo minuto la banda sonora de esta película, veríamos que ahí delante hay una persona y que, un minuto después, llega una taza de té y que, más tarde, se produce el acto de bebérselo. Lo que pasa es que a todo eso se le añade una banda sonora en la que se incluyen los pensamientos de si escojo tal o cual cosa, etc. Todo funciona con el piloto automático pero, aparentemente, existe un proceso de elección… que es la gracia del asunto.
Estando sencillamente presente, toda esa preocupación por las opciones desaparece. Cuando se produce la identificación con el personaje, todo este filosofar nos “distrae” del presente. Surgen pensamientos sobre qué hay que escoger, pensamientos que implican cierta distracción. Todo lo que surja dentro del contenido –ya sea una conversación acerca de las distintas opciones, pensamientos sobre esas opciones o cualquier otra cosa- es lo que tiene de entretenido esta película. Cuando tomamos conciencia de que esto es una película, desaparece por completo cualquier deseo de que algo de esto cambie. En ese momento, lo que hay es lo que es.

Simplemente existencia.

Sí, sin ninguna preocupación por nada de todo esto. Mientras existe ese identificarse y ese dejarse de identificar con el personaje, este tipo de conversaciones seguirá teniendo validez pero, cuando todo eso empieza a desaparecer –toda esa escenificación de la búsqueda- y se va “recordando” que nuestra verdadera naturaleza es Unidad, sencillamente, sólo existe “vivir en el presente”.


Nathan Gill

martes, 5 de abril de 2011

Diálogo 3.5


Por una parte, es como si yo hubiera escogido venir aquí hoy pero, al mismo tiempo, es como si supiera que eso ha sucedido por sí solo.

Todo sucede, simplemente. La película se proyecta sobre la pantalla, incluido el relato mental. Por eso, da la sensación de que existe un “yo” que escoge venir hoy aquí aunque, en realidad, no existe más que el suceso automático de llegar aquí hoy y el relato mental que se va produciendo también de forma automática. No hay un individuo ahí que esté pensando esos pensamientos: esos pensamientos simplemente surgen en la consciencia. Todo se constata en este momento: la consciencia está constatando el contenido de la consciencia. Si nos centramos en el relato mental, da la sensación de que se toman decisiones aunque, en realidad, todo eso es algo completamente espontáneo: todas estas cosas que aparecen en este momento no son nada.


Nathan Gill

domingo, 3 de abril de 2011

Diálogo 3.4


Aunque siento que el conocimiento se va desarrollando, sigo teniendo con frecuencia una sensación de separación.

No es muy frecuente que, al principio, haya una sensación de Unidad pero, a medida que se produce ese dejarse caer en el “saber” innato, esa sensación de estar confinado al cuerpo físico puede parecer difuminarse, de forma que sigue existiendo un cuerpo aquí pero ya no es “mío”. Así, la sensación de ser “yo” –este cuerpo- puede resultar más difusa.

Y ese proceso aparente de evolución puede resultar tan sutil que apenas se nota…

Si, de eso trata la película: de buscar, de asistir a conferencias, de leer libros. Por esa razón, la exclusiva identificación con el personaje ya está bastante socavada en el caso de la mayoría de los personajes que están en esta habitación.
No obstante, “ahí afuera”, “en el mundo” este mensaje sobre nuestra verdadera naturaleza no suele propagarse: no forma parte de la “vida cotidiana” en el guión de la película. Por tanto, en la representación teatral de la vida, tendemos a olvidarnos de nuestra verdadera naturaleza. Todos los personajes se comportan como individuos completamente inconscientes de que todos compartimos la misma identidad. Cuando se produce el recuerdo de nuestra verdadera naturaleza, no es difícil ver que todo –todas y cada una de las formas- son tú mismo. Sin embargo, se mantiene cierta apariencia de separación, de distanciamiento, de perspectiva, como un aspecto funcional para la representación teatral.


Nathan Gill

Diálogo 3.3


Pero ¿esas imágenes no tienen consistencia? Son tridimensionales.

Sí, se trata de una película multidimensional que se ve desde dentro y no como un espectador, desde fuera. Esto es la película. Si nos servimos de la analogía de que los personajes humanos son como las células del “cuerpo” de la Conciencia –es decir, que son distintos puntos de vista-, entonces podemos entender mejor que la Conciencia misma es la que está viendo esta película desde todos esos puntos de vista dentro de sí misma. La Conciencia es la película y se está viendo a sí misma y experimentando a sí misma desde la posición de cada uno de sus personajes.

Hace años, estrenaron una película de Woody Allen en la que uno de los personajes se salía de la película. No recuerdo el título pero puede que nosotros, en tanto que buscadores, estemos intentando hacer lo mismo.

Sí, sólo que fuera de la película no hay nada. No hay más que la película y el hecho actual de constatarla “desde dentro”: el hecho de constatarla y lo que se está constatando, es decir, Plenitud, Conciencia.

Sin ninguna necesidad de escaparse de ella.

No, ése es el objetivo de la espiritualidad tradicional: escaparse del hecho de autoidentificarse como el contenido de la consciencia.

Pero tampoco consiste en eso…

No, nuestra verdadera naturaleza es Plenitud con los aspectos simultáneos de consciencia y contenido de la consciencia.


Nathan Gill