domingo, 3 de abril de 2011

Diálogo 3.4


Aunque siento que el conocimiento se va desarrollando, sigo teniendo con frecuencia una sensación de separación.

No es muy frecuente que, al principio, haya una sensación de Unidad pero, a medida que se produce ese dejarse caer en el “saber” innato, esa sensación de estar confinado al cuerpo físico puede parecer difuminarse, de forma que sigue existiendo un cuerpo aquí pero ya no es “mío”. Así, la sensación de ser “yo” –este cuerpo- puede resultar más difusa.

Y ese proceso aparente de evolución puede resultar tan sutil que apenas se nota…

Si, de eso trata la película: de buscar, de asistir a conferencias, de leer libros. Por esa razón, la exclusiva identificación con el personaje ya está bastante socavada en el caso de la mayoría de los personajes que están en esta habitación.
No obstante, “ahí afuera”, “en el mundo” este mensaje sobre nuestra verdadera naturaleza no suele propagarse: no forma parte de la “vida cotidiana” en el guión de la película. Por tanto, en la representación teatral de la vida, tendemos a olvidarnos de nuestra verdadera naturaleza. Todos los personajes se comportan como individuos completamente inconscientes de que todos compartimos la misma identidad. Cuando se produce el recuerdo de nuestra verdadera naturaleza, no es difícil ver que todo –todas y cada una de las formas- son tú mismo. Sin embargo, se mantiene cierta apariencia de separación, de distanciamiento, de perspectiva, como un aspecto funcional para la representación teatral.


Nathan Gill