domingo, 4 de marzo de 2012

Diálogo 6.14

Ajá… Y si de repente te marchas, por ejemplo, y empiezas a viajar por todo el mundo o lo que sea, ¿no tendrías la sensación de que te estás observando a ti mismo, en cierto modo?

No, sólo existe ese vivir con forma de personaje.

Y el cuento ya no existe.

Existe el hecho de que la vida se desarrolla en forma de este personaje pero no hay conexión alguna con un cuento pasado o futuro. Existe el acontecimiento presente, igual que sucede con los demás personajes.

No hay ninguna diferencia. De hecho, uno no sabe qué va a suceder más allá de lo que existe aquí mismo, ahora mismo.

No, no hay más que el presente. No existe nada que vaya a suceder. Todo está sucediendo en el presente, tanto aquí como en todos y cada uno de los personajes. Pero, allá donde surge un “yo”, surge una proyección hacia un futuro en el que sucederá algo, en el que uno se “iluminará”, se “liberará”, se casará, se comprará un coche nuevo o lo que sea; y también hay una proyección hacia el pasado: la infancia del personaje, su crecimiento y todo lo demás.

¿Y la memoria es ese cuento del pasado?

Aparecen pensamientos con la etiqueta de “pasado”, cuyo contenido parece hacer referencia a una versión anterior de ese personaje. Pero, evidentemente, no es más que un cuento que aparece en el momento presente. Sólo existe el presente, presente que, quizás, se centra en el relato de recuerdos con el que se embelesa.