domingo, 18 de septiembre de 2011

Diálogo 3.13

Entonces, cuando se desenmascara al "yo" , la búsqueda termina y hay paz.

Surge una sensación de desahogo, de facilidad. Se ve que esa falta de esfuerzo es, de hecho, lo único que ha existido desde siempre, pero estaba velada por la agitación de la búsqueda. Así, cuando disminuye la intensidad de enfoque sobre el juego de identificarse exclusivamente con el personaje, esa "facilidad" -que subyace a toda esa agitación- pasa a ocupar el primer plano y la agitación se disipa.  

Por tanto, ¿para ti no es algo cotidiano?

El único que se anticipa a ese desahogo y se lo imagina como algo extraordinario es uno mismo al identificarse con su personaje. ¡De hecho, hasta la búsqueda resulta más extraordinaria!

Entonces, lo extraordinario se convierte en cotidiano.

Sí, en el sentido de que resulta sencillo, natural y fácil: extraordinario, desde el punto de vista del buscador, pero natural y cotidiano cuando desaparece la búsqueda.

En cierto modo, ¿lo corriente se convierte en algo completamente satisfactorio?

Sí, no hace falta que nada sea extraordinario.


Nathan Gill