jueves, 6 de octubre de 2011

Diálogo 3.23


Da la sensación de que ese “relax”, ese desahogo, aporta una espontaneidad, un no tener que plantearse si puedo hacer esto o debo hacer lo otro, sino que sólo existe el fluir natural de todo lo que sucede, incluidas ciertas cosas que, desde luego en mi caso, jamás me habría imaginado que iba a hacer porque habría pensado: “Soy incapaz de hacerlo. ¡Hay demasiada gente aquí y yo soy incapaz de hablar en público!”… Ahora lo que sucede es que hay cosas con las que se fluye con toda naturalidad, sin que el “yo” empiece a decir: “Soy incapaz de hacerlo”…

Sí, esa historia del “yo” que dice: “Soy incapaz de hacerlo” se desarrolla al mismo tiempo que lo que sucede realmente. Cuando le quitamos la máscara al relato mental, esa historia puede continuar pero ya no nos la creemos, por lo que todo resulta más espontáneo.

A veces te das cuenta de que encajas perfectamente en algo y, entonces, te viene el pensamiento de que eso no te habría pasado antes. No sucede necesariamente todo el tiempo, sino que se vislumbra de vez en cuando.

Sí, claro.

Nathan Gill