domingo, 6 de marzo de 2011

Diálogo 2.6


Así es, porque desde que me dedico a leer cosas de aquí y de allá, se están esfumando tanto la comprensión como todos los demás conceptos… y me da la sensación de que ha llegado en el momento adecuado, de forma progresiva. Sin embargo, con respecto a esa “toma de conciencia” –haciendo referencia al paseo en bicicleta que mencionas en Claridad- da la sensación de que se trata de una nueva forma de percibir o vislumbrarlo todo. Quizás está más bien relacionado con una nueva forma de vislumbrar: quizás consiste en que, repentinamente, todo se esfuma. No sé…

En el caso de muchos personajes, da la sensación de que se produce un reconocimiento progresivo de su verdadera naturaleza como parte del guión de esa obra teatral que es la vida: es decir, en primer lugar, se comprende que hay un desarrollo y, posterior mente, esa comprensión intelectual queda obsoleta y se disuelve en el “saber” innato.
Por tanto, lo que tú llamas “toma de conciencia” no tiene por qué estar determinado por ningún hecho o acontecimiento en particular; puede que se note un pequeño cambio en la percepción, algo así como: “Vale, es evidente. Esto se sabe desde siempre”.

Exacto.

Ahora bien, también se puede producir lo que tú llamas una “repentina forma de percibir” o de vislumbrar, o la desaparición del “yo”, pero…

¿De verdad?, ¿la desaparición total?

Sí, aunque no forzosamente permanente. Por eso, en Claridad, insistí tanto en que continué trabajando como jardinero y montando en bicicleta, precisamente para ilustrar ese punto. Cuando se produjo ese hecho, simultáneamente, surgió la idea: “¡Ah! ¡Esto es la Iluminación!, ¡esto es el Despertar!”. A medida que se prolongaba ese acontecimiento, surgió una ligera sensación de pánico –pánico por que aquel estado desapareciera- y, cuando el sentido del “yo” regresó, hubo un intento de aferrarse a aquel estado.

¿Te refieres al regreso de maia, por así decirlo?

Sí, al regreso progresivo del pseudosujeto.


Nathan Gill