martes, 8 de marzo de 2011

Diálogo 2.7





Que reclamaba atención, reclamaba su autoría de todo aquello…

Exactamente: de hecho, este tipo de acontecimientos no tiene por qué constituir precisamente una ayuda dado que, por regla general, el “yo” termina regresando. Es mucho menos frecuente que la desaparición repentina del pseudosujeto se mantenga y sea permanente. Sin embargo, por lo general, se suele producir un reconocimiento progresivo de que la Unidad se encuentra de forma omnipresente en este teatro. No es que el personaje reconozca nada: es más bien que el sentido de la individualidad queda desenmascarado.

¿Y quién le quita la máscara?

Nadie, la Conciencia cae en la cuenta de lo que realmente es –nada a la vez que todo- con el paso de lo que, en esta obra de teatro, juega el papel del tiempo, en el que aparece ese personaje.

¿Podrías repetir eso último, eso de que cae en la cuenta de que realmente es nada?

Nada a la vez que todo: están la consciencia y su contenido pero sin un intermediario –el pseudosujeto-, pues el pseudosujeto queda desenmascarado; aunque es probable que siga apareciendo, ya ha sido desenmascarado. Por tanto, se “sabe” de forma innata, cuál es nuestra auténtica naturaleza.


Nathan Gill