He leído que, cuando estás buscando y esperando algo, el juego de la espera es “el último respiro”.
Puede ser pero, dentro de la película, el hecho de enterarse de esto y de aceptarlo constituye otro “jueguecito” sutil que nos distrae del presente.
Es la certificación del juego de buscar y esperar:”¡Claro! En este momento, estás metida en el juego de buscar y esperar”, aunque eso puede durar cinco semanas o cincuenta años.
¡Desde luego! ¡En mi caso serán cincuenta años! Y, para entonces, ya me habré muerto.
Ese interés por el juego de buscar y esperar es una distracción más. Es una forma sutil de esperar.
Puede ser pero, dentro de la película, el hecho de enterarse de esto y de aceptarlo constituye otro “jueguecito” sutil que nos distrae del presente.
Es la certificación del juego de buscar y esperar:”¡Claro! En este momento, estás metida en el juego de buscar y esperar”, aunque eso puede durar cinco semanas o cincuenta años.
¡Desde luego! ¡En mi caso serán cincuenta años! Y, para entonces, ya me habré muerto.
Ese interés por el juego de buscar y esperar es una distracción más. Es una forma sutil de esperar.