domingo, 26 de febrero de 2012

Diálogo 6.9

Como la atención… eso sí que tiene un fuerte vínculo con el “yo” porque da la sensación de que dirigimos la atención hacia donde queremos, que dirigimos la atención por decisión propia.

Sí.

Pero se puede decir que “la atención sucede”.

Sí, aunque también se podría utilizar otro término: digamos que se podría usar la palabra “ver”. Hay veces que simplemente se “ve” y, en otras ocasiones, vemos a través de los ojos del personaje.

¿Qué quieres decir exactamente?

En realidad, sólo existe “ver” permanentemente pero, a veces, se produce el juego de la identificación con el personaje, de forma que da la sensación de que el personaje es el que ve, el que actúa, etc. Es lo que se llama embelesamiento. Entonces, surge el pensamiento: “Estoy viendo”, “Estoy haciendo autoindagación”, “Me estoy recordando a mí mismo quién soy”. En cambio, en realidad sólo existe el hecho de ver, el hecho de recordar.

Entonces, intentas hacer autoindagación o…

No, “tú” no intentas nada. No existe ningún “tú” que haga nada. Sencillamente, todo sucede. Ese “tú” –el “yo”- es un elemento más de lo que sucede en el guión.

¡Qué gusto da recordarlo! ¡Y, además, qué sencillo! ¡De verdad! ¡Lo explicas como un científico! (Se ríen.)

Así es como sale. Nathan no tiene capacidad de reclamar la autoría. Nathan no es más que un elemento más que aparece, igual que “tú”.

Sí.

Igual que todos estos personajes: todos somos exactamente lo mismo. Lo que sucede es que la imagen llamada Nathan tiene como función decir todas estas cosas.